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Campaña
2008 en Fuente Azul
Rupert Skorupka es uno de los pioneros en la exploración de esta cavidad, donde realizó inmersiones en los años 1999 y 2000, alcanzando la profundidad de 77 m. en un desarrollo total de 106 m.
Rupert S. vuelve esta vez acompañado de su amigo John Volanthen.
El 29 de agosto, en una inmersión de 7 horas y 20 minutos, John V. tendió 140 m. de hilo guía buceando a una profundidad de entre 125 y 130 m., dejando la exploración a 490 m. de distancia de la boca de entrada. En este punto la cavidad alcanza los - 80 m.
Con estos resultados el perfil de este sifón parece tener forma de “U”. La galería, después de alcanzar los -135 m mantiene la profundidad para, finalmente, ascender en tramos verticales y escalonados hasta llegar a los - 80 m.
El conducto durante esta nueva exploración sigue con las mismas proporciones y continúa la galería sumergida.
Campaña
2007 en Fuente Azul
El espeleobuceador
Martín Burgui batió el pasado 16 de septiembre, en el paraje
natural burgalés de Fuente Azul, el récord de España
de inmersión con la marca de 135 m. de profundidad. La distancia
recorrida en galería sumergida alcanza los 350 m.
La nueva Campaña 2007 en Fuente Azul (Paraje de
San Pedro de Arlanza- Hortigüela -Burgos -España) culminó
el 16 de septiembre. Martín Burgui del (C.B.Izurde), Miguel carabante
del (C.B. Mistral) y Jon Mirena del (G.E.Mirandés).
Esto es un trabajo coordinado de equipo. Los tiempos, las
profundidades, las linternas, metros de cuerdas, decenas de bombonas preparadas...
No puede haber ningún fallo, hay que calcularlo a la perfección.
Trajes de buceo, botellas de fondo, de descompresión y de oxígeno
(sólo Burgui utilizó 10 botellas), iluminación acuática,
carretes con hilo guía y de seguridad, brújulas, profundímetros,
ordenadores de buceo, pizarras... Estas últimas tienen una importancia
fundamental. Son el único medio de comunicación de los buzos
bajo el agua y también un sistema para tranquilizar a las personas
que quedan a la espera en la superficie.
Fueron necesarias tres horas y cuarto bajo el agua, para la descompresión,
más el tiempo para el descenso y el ascenso. En el camino de vuelta,
de los 90 a los 60 metros, tuvo que hacer paradas cada siete metros de
profundidad. La descompresión cada tres metros comenzó a
partir de esos 60 metros. Hay que ascender muy despacio para perder la
presión que se origina a esas altas profundidades.
Precisión matemática. Algo que parece tan complicado de
realizar y tan sencillo de entender, como es bucear hasta una determinada
marca y regresar por el mismo camino, tiene un duro y preciso estudio
matemático anterior. No se puede improvisar. El proceso de descompresión
es el proceso que más quebraderos de cabeza crea. Si éste
falla, la presión sanguínea que se produce a grandes profundidades
puede producir letales fallos en el organismo como hiperoxias o hipoxias.
Los gases mezclados en las botellas tienen que tener las cantidades justas
para funcionar a la perfección en las distintas profundidades.
Nitrógeno, helio y oxígeno son los gases utilizados para
estas mezclas. Las botellas de fondo tienen rebajado el contenido de nitrógeno
y cuando las profundidades son mayores se aumenta el porcentaje de helio.
Al acercarse a la superficie se utiliza oxígeno puro para eliminar
los gases inertes que se han aspirado anteriormente. Todo un trabajo de
ingeniería.
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