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PISCARCIANO - VACAS - ARENAS .
Hoz de Arreba (Burgos) .............................................................. G.E. Niphargus
El complejo kárstico de Piscarciano – Vacas – Arenas

Ver reportaje de las últimas exploraciones en el sifón terminal II - (julio 2009) y (octubre 2013)

Los nombres del Complejo.-

La Cueva de las Vacas sería el sumidero que se abre en la parte occidental de la depresión de Piscarciano con una boca de amplias dimensiones, visible desde la carretera.
Esta cueva tiene otra entrada que actúa de resurgencia y se abre mirando a poniente en el Barranco de Vallengua.
A un nivel inferior está la cueva de las Arenas, la más pequeña de las tres, de la que se puede aventurar toma su nombre del lecho arenoso de la entrada.
La cavidad mayor, modernamente bautizada por los propios espeleólogos como Piscarciano, también tiene una boca de considerables dimensiones, pero suele estar oculta por la vegetación.
El origen de su nombre está envuelto en el misterio: los habitantes de la zona cuentan que Piscarciano fue un bandido que se ocultaba en estas cuevas después de pertrechar sus fechorías.
La falta de pruebas documentales mínimas nos hace sospechar que estamos en el terreno de la leyenda.


Situación y accesos.-

Para llegar a tener un conocimiento integral de este Complejo Kárstico creemos conveniente comenzar con un acercamiento al marco geográfico en que se sitúa. Se localiza en el Norte de la provincia de Burgos, en las estribaciones meridionales de la Cordillera Cantábrica. Es esta una zona privilegiada para la formación de cavidades y dentro del Estado Español una de las principales áreas espeleológicas que existen.
La provincia de Burgos es igualmente importante espeleológicamente hablando, pues tras la de Cantabria, es la segunda del Estado con mayor número de redes subterráneas.
Soncillo es el pueblo con mayor número de habitantes más cercano al Complejo y el término municipal al que pertenece la zona kárstica es Hoz de Arreba.
Para llegar hasta las cuevas se plantean dos posibilidades, pero optaremos por la más utilizada: arranca en el kilómetro 3,6 de la carretera que va de Soncillo a Hoz de Arreba. Llegados a este punto, sale una pista particular a la derecha de la calzada que tiene una puerta para impedir el paso de vehículos, que desciende hacia el Barranco de Vallengua. Siguiendo la pista hasta los chalets, veremos un camino que primero asciende y luego adquiere una pendiente que baja hasta la depresión de la Hoya de Piscarciano. Microclima que ofrece variedad de arbustos y árboles y que suele quedar anegada en época de fuertes lluvias.



Cronología de las exploraciones.-


La primera crónica detallada de una exploración la escribió B. Martínez en “Recuerdos y Añoranzas de un Cura Jubilado” (1977). Se trata del recorrido integral de la Cueva de las Vacas desde la resurgencia al sumidero en la Hoya de Piscarciano. Hecho que se produce en 1927. Pero en 1961 la prensa local se hace eco de una exploración llevada a cabo por espeleólogos bilbaínos. Luego también se sabe de la visita de grupos de Burgos, Cataluña o Madrid pero con total oscuridad documental.
La claridad informativa empieza a vislumbrarse en 1968 cuando el Centro Excursionista de Alcoy (C.E.A.), se interesa por el Complejo de Piscarciano. En julio de 1970 y sin un objetivo concreto previo llega una expedición inglesa que realiza un importante estudio. La mayor parte del trabajo se la lleva al traste una crecida del nivel de aguas, quedando un levantamiento topográfico de 10.744 metros. Aunque incompleta, será durante algún tiempo referencia para exploraciones posteriores.
El C.E.A. vuelve al trabajo de exploración y topografía en 1971 y 1972. Al año siguiente, El G.E. Niphargus junto al C.R.C.N.E. organiza un campamento de verano donde se siguen las labores de exploración y levantamiento de planos. En 1974 La Sección de Espeleología del Centro Excursionista de Valencia y el Grupo Espeleológico La Senyera continúan topografiando en la galería final, a partir de los lagos.
A partir de 1975 todos los trabajos de que venga siendo objeto el Sistema se llevarán a cabo por el G.E. Niphargus que da por concluido el trabajo en la campaña estival de 1990.


Morfología sectorial.-

Para el análisis morfológico de tallado del Sistema Kárstico de Piscarciano – Vacas – Arenas éste ha sido estructurado en siete sectores que constituyen unidades básicas de referencia descriptiva.
El sector entrada que da acceso a la parte más extensa del Complejo (13.629 metros), se abre en el flanco oriental de la Hoya de Piscarciano. Constituye la Galería del Pueblo, galería de entrada meandriforme hasta el Paso del Garrotín, zona anegada casi totalmente por el barro. Sigue a través de “laguitos” y concluye en un sifón de fondo arcilloso y poco profundo (Sifón terminal II).

Para acceder al Sector Norte hemos de volver sobre nuestros pasos hasta una falsa colada conocida como el Salto de la escala, por ella llegamos a la Sala Burgos que nos da paso a la zona del Laberinto Alcoy. Este lugar constituye la puerta de acceso a las dos galerías más importantes del sector, la Galería del Gurugú y la Galería del Cristal. La galería principal continúa en dirección NO., Con suave descenso en forma de tubo a presión de dimensiones uniformes, hasta llegar a un punto en que se bifurca en un conjunto de galerías conocidas por el nombre de La Pécora. El final de esta galería se produce en una pequeña sala denominada Sala Norte, por constituir el lugar más septentrional del Sistema.

Tomando como referencia de nuevo la Sala Burgos, para acceder al Sector Enlace, debemos descender un pozo de 4 metros o deslizarnos por un angosto pasadizo muy cercano conocido como Agujero del Nacimiento. La galería en forma de meandro progresa pasando por la Galería de las Ranas, auténtico barrizal que sigue su camino ampliándose las dimensiones hasta que se bifurca a la altura de un caos de bloques en dos tramos semiparalelos pero a distinto nivel, conocidos como Galería del Mandamiento Nuevo y Galería de los Gours.

Una de ellas confluye y forma una única galería de notable altura creada a partir de una litoclasa. Este tramo de uniformes dimensiones, presenta en su primer tramo algunas marmitas de cierta profundidad que solemos flanquear mediante una pequeña escalada de 4 metros, no exenta de peligro llamada Balcón del Diablo.
Seguimos por una zona de bloques sueltos hasta desembocar en una espectacular ventana colgada 14 metros por encima de la Gran Sala Alcoy, a la que denominamos Balcón del Río.

Sector de las Grandes Salas.- Una vez descendida la pared de 14 metros en la Sala Alcoy, vemos el suelo cubierto de grandes bloques gravitacionales, coladas de barro arcilloso y una corriente hipógea de caudal irregular y curso intermitente que es drenada a través de la llamada Galería del Sifón de la escala. Tras recorrer 200 metros acaba en el Sifón Terminal II.

Desde la base de la Sala Alcoy ascendemos entre el caos de bloques hasta la Sala Gemela, que no es sino la prolongación de la anterior. A continuación se desciende una rampa de acusada pendiente que nos sitúa de nuevo en el río. En este punto se abren dos posibilidades: hacia el SE, a través de una rampa detrítica ascendente llegamos a las enormes Galerías de la Excavadora. Y remontando el río accedemos a un conjunto de galerías situadas por debajo del sector denominadas Las Cloacas.

20 metros al Norte, en el lateral izquierdo si abandonamos el río llegamos a la Sala del Calcetín que continúa a través de un tubo a presión en estado fósil que desemboca a modo de ventanas en el techo de la Sala Gemela.
Esta zona colgada 25 metros por encima del Sector Grandes salas, se conoce con el nombre de Laberinto de los Balcones y desde aquí es posible pasar a través de una angosta gatera (Tubo Raúl) al denominado Laberinto de la Cuerda, zona fósil superpuesta por encima de la anterior. Conecta en la parte baja con el llamado Campo de Fútbol, en el flanco meridional de las Galerías de la excavadora. Estas convergen en un laminador (Destrozarrodillas) que desemboca en una sala cubierta por formas de relleno periglaciar, denominada Sala Carolina.
La cavidad continúa a través de un nuevo laminador sifonado la mayor parte del año, en el que sopla una fuerte corriente de aire conocido por el nombre de Paso Cojonudo. Este paso en el que es imperativo mojarse por completo, se prolonga hasta dar acceso a una espaciosa galería que nos sitúa en el sector terminal.

El Sector del Anillo.- La galería por la que circula el río se bifurca a unos 100 metros de Las Cloacas, en dos tramos de morfología heterogénea y trazado convergente que confluyen al final del sector, en las proximidades del sifón principal, describiendo un anillo en planta que da nombre a este sector.
Esta activa galería que nos conduce al Sifón Principal constituye el aporte hídrico más importante del Sistema. Respecto al otro tramo de este gigantesco anillo, se trata de una sucesión de galerías y salas de morfología clástica.

El Sector Terminal.- Superados los laminadores descritos al final del Sector Grandes Salas, accederemos a un espacio de morfología alargada llamada Sala Virginia, que se proyecta a través de una amplia galería. Progresa luego a favor de una gran diaclasa conocida como Gran Cañón. La galería sigue hasta desembocar en una monumental sala llamada de los Gigantes.

Hacia la mitad de la sala y bordeándola llegamos a la Sala de la Chimenea y a partir de aquí las dimensiones se reducen bruscamente adquiriendo un tamaño uniforme de 1,5 por 1 metro en un recorrido zigzageante superior a los 2 kilómetros. La agotadora progresión desemboca en un angosto conducto ascendente de forma abocinada conocido como Paso de las Picholitas, taponado por un denso depósito de fina grava que es preciso desobstruir cada vez que se acude al citado lugar.

Desde la Sala de los Gigantes de nuevo, nos quedaría por ver la Galería del Zig-Zag y la Galería Central que no es sino la prolongación de la Sala de los Gigantes.
Cercano al complejo, pero en otra vertiente, se añade la surgencia del Trifón. Cueva desobstruída por el Grupo Espeleológico Niphargus en septiembre de 2002.


---VER REPORTAJE DE FOTOGRAFÍAS


Morfología general.-

Piscarciano – Vacas – Arenas es un Sistema Kárstico de origen freático en la actualidad presenta una actividad hídrica marcadamente estacional, en relación con el régimen pluviométrico comarcal. Durante el período estival (junio – septiembre), la cueva permanece semiseca, con volúmenes de agua cuantitativamente poco considerables y muy localizados en el contacto con el nivel freático. Sin embargo en las estaciones húmedas, buena parte de la red se inunda, sifonándose las galerías situadas a cotas más bajas. En períodos de especial intensidad de lluvias la cavidad funciona como una activa Surgencia, llegando a inundar plenamente la gran dolina que forma la Hoya de Piscarciano, debido a la insuficiente capacidad de drenaje del Sistema y al fondo arcilloso de la misma, que actúa como un manto impermeable que favorece la retención de las aguas desalojadas por la boca de Piscarciano.
En este sentido también hay que destacar la amplitud de la zona de absorción del Complejo, integrada por la vertiente SO del páramo calcáreo de Cubillos del Rojo y especialmente por el área tributaria del Barranco de Vallengua.
El perfil kárstico del Complejo presenta un claro predominio de la zona vadosa con amplias galerías y salas de notable magnitud que evidencian la madurez del karst.
La zona freática practicable parece ser escasa, a tenor del infructuoso resultado obtenido al intentar franquear el sifón principal de Piscarciano.
El nivel de base nos es desconocido aunque posiblemente esté relacionado con la Surgencia permanente que da origen al río Trifón, en el tramo inferior del Barranco de Vallengua.
La morfología general del Complejo se caracteriza por un recorrido fundamentalmente horizontal, con un desnivel medio situado en +- 20 metros respecto a la boca de entrada. Las cotas más bajas (-20 / -25 m.) se localizan en los distintos sifones que dan paso a la zona freática y las más altas (60 / 80 m.) en pisos fósiles (Laberinto de los Balcones, Laberinto de la Cuerda, etc.) correspondientes a pretéritos niveles erosivos.

Cueva de las Vacas



Sumidero en "Las Vacas" que se filtra en la cueva de las Arenas
(foto Adrián Vázquez)

En el extremo Oeste de la Hoya de Piscarciano y bajo un inconfundible resalte calcáreo de 20 metros se encuentra el acceso al sector más occidental del Complejo.
Una vez franqueado el imponente portalón de entrada a Vacas, la cavidad se estrecha y reduce bruscamente su altura para dar paso a una sala de 30 metros, en cuya pared meridional se abre un pequeño escarpe de 4 metros que conduce a una caótica galería de morfología clástica. Tras un breve descenso entre bloques llegamos a una sala de 20 metros de diámetro por 15 metros de altura. En su flanco septentrional, se abre un apéndice o subsala de la que surge un estacional aporte de agua, que discurre formando un pequeño cauce sobre el lecho arcilloso, a lo largo de gran parte de la cavidad, en dirección de la Cueva de las Arenas.
La citada sala se proyecta en una espaciosa galería con dirección NO. Su suelo aparece cubierto por potentes depósitos de limo, reflejo de la intensa actividad de la cueva en épocas húmedas, cuando llega a sifonarse en varios tramos de esta galería, como evidencian restos de materia orgánica adheridos al techo de la misma. Tras 160 metros de cómodo recorrido, la galería se ensancha notablemente y desemboca en un espectacular sumidero de 20 metros de diámetro y 13 de profundidad, conocido como El Embudo. Su función es drenar las aguas que temporalmente circulan por Vacas hacia la Cueva de las Arenas. Desde este punto es ya visible la luz del exterior y el tramo final está jalonado por abundantes formaciones estalagmíticas de considerable tamaño.


sifón terminal II en la zona central de la cueva del Piscarciano


Cueva de las Arenas


Próxima a la entrada de la Cueva de las Vacas, pero a un nivel inferior, se desarrolla esta Surgencia. Conducto de dimensiones uniformes (5 por 4 metros), con un desarrollo longitudinal de 180 metros que discurre de forma semiparalela al tramo final de Vacas, a partir del sumidero con forma de embudo donde tiene su origen. No obstante, la conexión física entre las dos cuevas no es practicable debido ala continuada obstrucción que experimenta el cuello del referido sumidero.
Ambas cavidades constituyen sendos colectores del Complejo, drenando el caudal de agua desalojado por la boca de Piscarciano a través de la dolina homónima, que actúa de nexo entre los dos sectores del Sistema hídrico. Arenas y Vacas vierten sus aguas hacia el Barranco de Vallengua.

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Barranco de Vayenguas viniendo de Cubillos del Rojo

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"Hoz de Arreba Piscarciano 2022"